Los errores no son anclas; son los cinceles que nos esculpen,
Los errores no son anclas; son los cinceles que nos esculpen,
"Los errores no son anclas; son los cinceles que nos esculpen. No debemos permitir que nos encadenen, sino dejar que nos conviertan en versiones más fuertes de nosotros mismos." © Shoshan
https://www.cosasparamimuro.com/category/autoayuda
La vida es un proceso continuo de transformación, y los errores son parte de ese viaje. No son anclas que nos arrastran a las profundidades, sino los cinceles que nos esculpen, que dan forma a nuestro carácter y resiliencia. Etiquetarlos como cadenas es malinterpretar su poder. No nos limitan; nos refinan. Proporcionan la oportunidad de aprender, crecer y evolucionar. Como un escultor trabajando un bloque de mármol, cada astilla y corte revela un poco más de la obra maestra debajo. Cuando vemos nuestros errores bajo esta luz, dejamos de permitir que nos pesen y en su lugar, los dejamos esculpirnos en versiones más fuertes y sabias de nosotros mismos.
He tropezado, he fallado, en el intrincado baile de la vida,
los errores como mis anclas, en postura pesada y fría.
Pero, en el espejo de la auto-reflexión, veo,
estos errores no son cadenas, sino llaves que me liberan.
Cada paso en falso que he dado, cada caída y levantada,
son sino cinceles que tallan, revelando mi premiada.
No me esposan el espíritu ni ahogan mi canción,
pero me esculpen y moldean, refinando a donde pertenezco.
La injusticia me ha golpeado, como el agudo soplo del invierno,
pero desde las profundidades de la desesperación, una versión más fuerte de mí empieza a crecer.
En los fuegos de la traición, mi determinación aprende a encenderse,
y frente a la adversidad, encuentro mi verdadera fuerza.
Así, me levanto de las cenizas, ya no soy el mismo,
porque en el crisol de la vida, la resiliencia es mi nombre.
Ya no soy el mármol, sino la escultura tomando forma,
a través de las pruebas y tribulaciones, encuentro mi norma.
© Shoshan
"Los errores no son anclas; son los cinceles que nos esculpen. No debemos permitir que nos encadenen, sino dejar que nos conviertan en versiones más fuertes de nosotros mismos." © Shoshan
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La vida es un proceso continuo de transformación, y los errores son parte de ese viaje. No son anclas que nos arrastran a las profundidades, sino los cinceles que nos esculpen, que dan forma a nuestro carácter y resiliencia. Etiquetarlos como cadenas es malinterpretar su poder. No nos limitan; nos refinan. Proporcionan la oportunidad de aprender, crecer y evolucionar. Como un escultor trabajando un bloque de mármol, cada astilla y corte revela un poco más de la obra maestra debajo. Cuando vemos nuestros errores bajo esta luz, dejamos de permitir que nos pesen y en su lugar, los dejamos esculpirnos en versiones más fuertes y sabias de nosotros mismos.
He tropezado, he fallado, en el intrincado baile de la vida,
los errores como mis anclas, en postura pesada y fría.
Pero, en el espejo de la auto-reflexión, veo,
estos errores no son cadenas, sino llaves que me liberan.
Cada paso en falso que he dado, cada caída y levantada,
son sino cinceles que tallan, revelando mi premiada.
No me esposan el espíritu ni ahogan mi canción,
pero me esculpen y moldean, refinando a donde pertenezco.
La injusticia me ha golpeado, como el agudo soplo del invierno,
pero desde las profundidades de la desesperación, una versión más fuerte de mí empieza a crecer.
En los fuegos de la traición, mi determinación aprende a encenderse,
y frente a la adversidad, encuentro mi verdadera fuerza.
Así, me levanto de las cenizas, ya no soy el mismo,
porque en el crisol de la vida, la resiliencia es mi nombre.
Ya no soy el mármol, sino la escultura tomando forma,
a través de las pruebas y tribulaciones, encuentro mi norma.
© Shoshan
"Los errores no son anclas; son los cinceles que nos esculpen. No debemos permitir que nos encadenen, sino dejar que nos conviertan en versiones más fuertes de nosotros mismos." © Shoshan
