"Decir la verdad puede ser el acto más valiente, pero también el más solitario."
© Shoshan
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"La verdad es una llave que abre puertas, pero a veces cierra corazones."
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"La verdad es como un espejo: no siempre nos gusta lo que vemos."
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"Decir la verdad es plantar un árbol en tierra árida; no todos apreciarán su sombra."
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"En un mundo lleno de ilusiones, ser portador de la verdad es un desafío constante. No siempre será bienvenida, ni siempre será fácil. Pero en la honestidad yace la verdadera fuerza. Sé fiel a la verdad, no como un faro que siempre ilumina, sino como un ancla que mantiene firme tu esencia en las mareas cambiantes de la vida."
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La doble faz de la verdad
La verdad, esa compañera a veces incómoda, a menudo valiente, nos acompaña en un viaje singular a lo largo de nuestra vida. Es como esa llave antigua que todos llevamos en el bolsillo, capaz de abrir puertas hacia nuevos horizontes, pero que, en ocasiones, inesperadamente, cierra las puertas de los corazones que más nos importan. ¿Por qué será que algo tan puro y necesario como la verdad puede, a veces, alejarnos de aquellos a quienes amamos?
Hay momentos en que decir la verdad se siente como plantar un árbol en un suelo árido y seco. Nos inclinamos, cuidadosos, sobre la tierra, depositando nuestras palabras con la esperanza de que arraiguen, crezcan y ofrezcan sombra. Pero no siempre es así. A veces, nuestras verdades, como esas hojas temblorosas, no son apreciadas, ni siquiera por aquellos que deberían estar a nuestro lado, ofreciéndonos agua y sol.
Es como mirarse en un espejo y no reconocerse. La verdad, reflejada ante nosotros, no siempre es la imagen que esperábamos o deseábamos ver. Pero, ¿acaso no es esa la esencia de nuestra humanidad? Enfrentar lo que somos, lo que sentimos, lo que sabemos que es real, aunque a veces duela, aunque a veces haga tambalear los cimientos de nuestro mundo.
En este universo lleno de ilusiones, mantenerse fiel a la verdad es un acto de valentía constante. No siempre será bien recibida, ni siempre será fácil. Pero en esa honestidad, en esa cruda y a veces dolorosa sinceridad, reside nuestra verdadera fuerza. Ser auténticos no es un camino de rosas. Es un camino rocoso, lleno de desafíos, pero también de una belleza inigualable.
Así que, aunque a veces nos sintamos solos en nuestra verdad, aunque a veces parezca que estamos plantando árboles en desiertos, recordemos que ser honestos con nosotros mismos y con los demás es la única manera de vivir una vida plena y significativa. No como un faro que siempre ilumina el camino de todos, sino como un ancla que nos mantiene firmes, arraigados en quien realmente somos, capaces de resistir las tormentas y las mareas cambiantes.
Sigue siendo fiel a tu verdad. Es el mayor regalo que puedes darte a ti mismo y a los demás, incluso si no siempre lo reconocen. En el reflejo de tu sinceridad, en la sombra de tu árbol, en cada puerta que abres o cierras, ahí estás tú, íntegro, real, profundamente humano.
© Shoshan
Poema: Ecos de la incómoda Verdad
En el eco de una voz quebrada y serena,
se desliza la verdad, cruda, sin cadena,
un murmullo firme que altera la escena,
dejando un frío silencio, una espera llena.
Era la verdad, sin máscaras ni caretas,
palabras que en el viento hallan su meta,
pero al caer, forman un muro, una grieta,
y en sus resonancias, el alma se inquieta.
¿Por qué duele tanto este claro decir?
Si en cada sílaba vibraba un sentido puro,
un anhelo de unir, no de desunir,
un sueño de claridad, no un futuro oscuro.
Pero la verdad, como lanza, puede abrir,
senderos de soledad en su curso seguro.
Ahora, en un mar de dudas, debo seguir,
navegando las aguas de un destino duro.
Quienes debieron entender, ahora se retraen,
la verdad, como roca, pesa en su pensar,
en cada paso, un eco de su claridad dejan,
un recordatorio de lo que cuesta amar.
Quisiera que el tiempo mi voz no llevara,
dejar las verdades en paz, sin perturbar,
pero el corazón no elige su ruta clara,
la verdad es su canto, su única forma de estar.
Con el corazón herido, sigo mi jornada,
esperando que el tiempo pueda aliviar,
que las verdades dichas, aunque afiladas,
un día serán el lazo que nos hará abrazar.
© Shoshan