"La magia más poderosa reside no en lo que deseamos para nosotros, sino en lo que somos capaces de dar a otros."
© Shoshan
✨ David, un hombre exitoso pero vacío, encuentra una estrella de la suerte en una tienda de antigüedades. ¿Amor o éxito? Descubre la verdadera magia al enriquecer la vida de los demás. ✨
La estrella que iluminó dos almas
En el Corazón de la Ciudad
En el corazón de la ciudad, donde los rascacielos tocan el cielo y la soledad roza el alma, vive David. Un hombre que, a pesar de tenerlo todo, se siente vacío.
Un Encuentro Misterioso
Un día, en una tienda de antigüedades que olía a pasado y misterio, David descubre algo que capta su atención: una Estrella de la Suerte. 'Concede un solo deseo', le asegura el vendedor. Esa noche, David sostiene la estrella en sus manos y se pierde en su resplandor. Se pregunta: ¿Qué podría desear? ¿Amor, algo que siempre le ha eludido? ¿O quizás más éxito en su ya próspera carrera?
El Regalo del Destino
Al regresar a la tienda, el destino le presenta a Tim, un niño de ojos brillantes pero cansados. Habla de su madre enferma, y de cómo desearía que se recuperara. En ese momento, David comprende. Sin vacilar, entrega la Estrella de la Suerte a Tim, quien se va corriendo, sosteniendo en sus manos la esperanza hecha objeto.
Una Carta y un Cambio
Días después, una carta de agradecimiento llega a las manos de David. Tim le escribe que su madre está mejorando. Y en ese instante, David siente algo que nunca había sentido: una conexión genuina con el mundo, una calidez en su corazón.
La Verdadera Magia
Y así, David descubre que, a veces, no es lo que deseamos, sino lo que damos, lo que realmente llena el vacío en nuestras vidas. Porque la verdadera magia no está en satisfacer nuestros deseos, sino en iluminar los de los demás.
© Shoshan, 2 de noviembre, 2023
Bajo el manto estrellado, en el silencio profundo,
Reflexiono sobre la vida, sobre el amor sin fin del mundo.
Los deseos que albergamos, las metas por conquistar,
A menudo oscurecen lo que es primordial, el acto de dar.
Las luces brillantes del deseo, cegadoras y fugaces,
Nos llevan a olvidar que son las simples gracias.
Esas que damos y recibimos, las que más brillan,
Porque en el acto genuino de dar, la vida se destila.
No es el oro ni el laurel, ni la fama que pueda lograr,
Lo que verdaderamente puede el alma iluminar.
Es ver el brillo en otros, encender su esperanza,
Ser el faro en la tormenta, la estrella que nunca avanza.
Los sueños son muchos, cambian con cada aliento,
Pero la magia verdadera surge del verdadero sentimiento.
No al perseguir lo propio, sino al encender un farol,
Para iluminar el camino de otro, dar sin pedir un rol.
Y en ese brillo compartido, en ese acto de amor puro,
Descubrimos la esencia, el embrujo seguro.
Porque no es lo que deseamos lo que nos define en verdad,
Sino cómo iluminamos los sueños de la humanidad.
© Shoshan