"Padre amoroso, guía mis palabras y mis acciones con paciencia y amor. Que pueda ser un reflejo de Tu compasión en mis interacciones con los demás, incluso cuando sea difícil." © Shoshan
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¿Has sentido alguna vez la impaciencia ardiendo en tu interior cuando tratas con los demás? No estás solo. Todos enfrentamos situaciones en las que mantener la paciencia parece casi imposible. Pero quiero recordarte algo muy especial: Dios nos llama a ser pacientes, incluso en los momentos más difíciles. Escucha lo que dice la Biblia en Colosenses 3:12: "Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia." La paciencia no es simplemente un ideal noble; es una manifestación de amor y comprensión que refleja el corazón de Dios. Cuando te encuentres a punto de perder la paciencia, detente un momento y piensa en la infinita paciencia que Dios tiene contigo. Permite que esa consciencia guíe tus palabras y acciones. Ser paciente no es fácil, pero es un camino hermoso hacia una vida más amorosa y compasiva, una vida que refleje la gracia y la misericordia de nuestro Padre amoroso.
En los mares de la prisa, en la vida agitada,
Pido paciencia, Señor, en mi alma reflejada,
Que en cada acto y palabra, en cada gesto y mirada,
Tu amor y calma divina estén siempre retratadas.
En el bullicio del día, en la noche sosegada,
Dame paciencia, oh Padre, en la tormenta y bonanza,
Que pueda ser como el río que fluye con confianza,
Sin prisa pero constante, en su eterna caminanza.
En los rostros que encuentro, en las manos extendidas,
Guía mi corazón, Señor, con paciencia compartida,
Que pueda ver en los ojos la chispa de lo divino,
Y ofrecer amor y calma, en un abrazo genuino.
Ayúdame a ser paciente, en el dar y el recibir,
Reflejo de Tu gracia, en el amar y el vivir,
Que en cada paso y respiro, en la risa y el sentir,
Tu paciencia sea mi guía, mi faro, mi existir.
© Shoshan
La frase en esta imagen es para aquellas personas que encuentran en la oración un puente hacia la paciencia y la comprensión, que ven en Dios la fuente de amor y serenidad. Que sea un recordatorio constante de la conexión divina y la fuerza que nos brinda en cada paso de nuestro camino: "Padre amoroso, guía mis palabras y mis acciones con paciencia y amor. Que pueda ser un reflejo de Tu compasión en mis interacciones con los demás, incluso cuando sea difícil." © Shoshan
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