La venganza está sobrevalorada. El placer de castigar a quienes se lo merecen, y hacerle al mundo el mismo mal que nos da, no sirve de nada... es una pérdida de tiempo y energía. Mejor sé la persona agradable y buena que puedes llegar a ser.
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Una de las lecciones más importantes
que he aprendido recientemente,
es que no hay que dejar
que nada ni nadie
nos lleve a ser crueles.
Por mucho que queramos
dar al mundo una muestra
de su propia medicina amarga,
nunca vale la pena dejar de ser
quien verdaderamente eres.
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La vida puede tal vez
tratarnos de forma injusta,
hacernos sufrir, una y otra vez.
La vida es así, la gente también,
pones la confianza en muchos
que luego acaban defraudándote.
El sufrimiento y el dolor
no se combate con más dolor,
ni para el injusto mundo
que te lo está causando.
Sé la persona buena
que tú siempre puedes ser.
Sé esa persona positiva,
que hace una diferencia.
Sé luz en la oscuridad,
porta esa sonrisa
entre tantos motivos de tristeza.
Tú puedes ser mucho más
que el resultado negativo
de un mal día, una mala acción,
una vida de injusticias...
Tú puedes ser
lo más bello del mundo.