No lo esperabas, era un amor compartido, mutuo y fiel. Pero un día, tras años de fidelidad, todo acabó. ¿Qué hacer cuando ya no es tuyo, ni está contigo?
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Yo era toda su vida, y él la mía. Nos amábamos, éramos perfectos el uno para el otro. Años de amor, compañía y fidelidad… hasta que todo, incomprensiblemente, acabó. La vida es una rueda, nunca digas “de este plato no comeré”, agradece lo que ahora tienes y muestra sensibilidad por el dolor de otros que como tú, descubren que nada está garantizado durar para siempre.