Tengamos cuidado con lo que les decimos a nuestros hijos, pues las palabras de los padres tienen el poder de marcar toda su vida. Lee sobre ello en:
https://www.cosasparamimuro.com/image/2308/cosas-que-no-deberiamos-decir-a-nuestros-hijos
A veces nuestros hijos se merecen una buena reprimenda, pero nunca que nos dejemos llevar por nuestra rabia y digamos palabras hirientes. Lo que ellos hacen afecta pequeñas cosas, nuestras palabras pueden marcar toda su vida.
Los padres tenemos la responsabilidad de educar a nuestros hijos, de enseñarles lo que está bien y lo que está mal, de corregirles cuando se equivocan. A veces, esto implica reñirles, regañarles o castigarles. Pero hay que hacerlo con respeto, con amor y con mesura. Nunca hay que dejarse llevar por nuestra rabia y decirles palabras hirientes. Porque las palabras tienen poder, y pueden causar un daño irreparable.
Las palabras hirientes pueden afectar la autoestima, la confianza, la seguridad y la felicidad de nuestros hijos. Pueden generarles sentimientos de culpa, de vergüenza, de miedo o de rencor. Pueden provocarles problemas de conducta, de aprendizaje, de salud o de relaciones. Pueden dejarles cicatrices emocionales que les acompañen toda su vida. Por eso, hay que tener cuidado con lo que les decimos. Porque lo que ellos hacen afecta pequeñas cosas, nuestras palabras pueden marcar toda su vida.
Shoshan