Que Dios te bendiga mucho, y que nunca olvidemos dar gracias a Dios por cada día y bendición que nos da.
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Sé que estás conmigo,
te siento protegiéndome.
GRACIAS DIOS,
por bendecirme
mucho más de lo que merezco.
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Queremos la bendición de Dios,
pero a veces no nos damos cuenta
de que ya la tenemos en nuestra vida.
Damos por sentado lo que tenemos,
no reconocemos su mano e nuestra vida,
queremos más y más...
ansiosos por tener lo que no tenemos,
incapaces de ver
que nuestras vidas
ya están bendecidas.
Dios está con nosotros,
protegiéndonos día a día,
ofreciéndonos cosas,
personas, familia, y alegrías...
Y sí, siempre habrá
lo que pueda amargar nuestro día,
pero hagamos un alto
y busquemos aquello
que Dios nos ha dado
y por tiempo ignoramos.
Que Dios te bendiga,
y que puedas ver y reconocer
las bendiciones que te da.