¿Te gustaría ganarte el respeto de tus hijos? ¿Ser una madre querida, apreciada y valorada? ¿Una madre moderna en la que tus hijos confíen, tal vez? Lee...
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Así como no te gustaría que tu hija se vistiese conforme a tu edad, no intentes vestirte conforme a la suya. Eres la madre, no la amiga de clase.
Vestirse como tu hija podría parecer una forma divertida de conectarse o incluso de sentirse más joven, pero en realidad, podría enviar un mensaje confuso tanto para ti como para ella. Como madre, tu rol no es ser la "amiga de clase" de tu hija, sino su guía y modelo a seguir. Adoptar un estilo de vestir que imita el de tu hija puede desdibujar las líneas entre la parentalidad y la amistad, lo que puede ser problemático cuando se trata de establecer límites o ejercer autoridad.
Además, cada etapa de la vida tiene su propia belleza y sus propias ventajas, y eso incluye la forma en que nos presentamos al mundo a través de nuestra vestimenta. En lugar de intentar retroceder en el tiempo, abraza la etapa de vida en la que te encuentras. No solo le enseñarás a tu hija a hacer lo mismo a medida que crece, sino que también reforzarás la idea de que la madurez y la elegancia tienen su propio valor y encanto.
© Shoshan